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martes, 30 de julio de 2013

VIRGEN DEL ROSARIO DE LA PEÑA DE PUNGALÁ

PUNGALÁ-RIOBAMBA-ECUADOR
LUGAR DONDE SE ENCUENTRA LA SANTISIMA VIRGEN DEL ROSARIO DE LA PEÑA

PUNGALA, Parroquia Rural del Cantón Riobamba de la Provincia de Chimborazo creada en el año 1576 según el Historiador Aquiles Pérez, se encuentra situada al Sur Este de la Ciudad de Riobamba a 21 km. De distancia de la cabecera Provincial, una altura de 2.850mts., sobre el nivel del mar.

En esta Parroquia de origen Puruha y Español, con una Población de 6.500 habitantes en una extensión de 55 km2, siendo la más extensa en superficie de las parroquias rurales del Cantón Riobamba, eminentemente de producción agrícola que colinda con la Provincia Morona Santiago por el Este, en donde se encuentra el Parque Nacional SANGAY, de esta Cordillera se origina el Río Alao, el cual genera ELECTRIFICACIÓN para la Empresa Eléctrica de la Ciudad Riobamba, la misma que está ubicada en el sector de Curtiembre junto al Río Chambo bajo el Santuario de La SANTISIMA VIRGEN DEL ROSARIO DE LA PEÑA.





Fuente: Pasado y presente, Sr. Leonardo E. Velasco Montesdeoca

HISTORIA DE LA PIEDRA

Según el Historiador Silvio Luis Haro A. “Puruha Nación Guerrera dice: Los Indios de la región de Pungalá, donde consta había una colonia Mitimae Cuzqueña que veneraban una roca del cauce del río Chambo llamado Inga Utco o caverna del Inca.

Según el Historiador Sr. Alfredo Costales Cevallos, “Los Incas y los Puruhuayes adoraban a esas rocas donde hoy se encuentra la Imagen de la Virgen de la Peña y que para ellos era el “PACARINA”, en donde rendían culto, allí hacían sus fiestas danzas, depositaban sus ofrendas; así mismo como en la actualidad hacen los devotos de la Virgen; claro, antes era una idolatría, adoraban solamente a las piedras, ahora veneran a la Virgen”.

Fuente: Pasado y presente, Sr. Leonardo E. Velasco Montesdeoca

APARICIÓN DE LA VIRGEN DEL ROSARIO DE LA PEÑA.

Ahora conozcamos, cual es la tradición del pueblo Pungaleño que gracias a la instrucción religiosa en la Fe Católica ha mantenido siempre acerca de la aparición de la Virgen del Rosario de la Peña: “Se dice que, en los primeros años de la colonia, había una niña huérfana de madre, que vivía a órdenes de su madrastra la cual mandaba a su hijastra que era muy dócil y abnegada apacentar un rebaño de ovejas, además de cuidar la manada tenía que entregar una tarea de hilo de lana, que su madrastra le mandaba para que hilara, la pastorcita con humildad y cuidado, cumplía todos los días la tarea que recibía. Cierta vez, su madrastra vio sorprendida que a pesar de haberle dado mayor tarea, siempre le traía terminado y con una calidad de hilo admirable, entonces no pudo resistir a su curiosidad y preguntó a la pastorcita ¿cómo hacía tanto trabajo y con una perfección admirable? A lo que la pastorcita le hizo saber: que una bella señora que marcaba a un niñito venía todos los días a pasar con ella y le ayudaba a hilar.

Le siguieron a aquella pastorcita a fin de satisfacer su curiosidad, más no vieron a nadie.

Siguió la pastorcita muy contenta, siempre desempeñando su tarea, cierto día indicó que la señora que le ayudaba le ha manifestado que se quedará en la piedra, luego fue a ver y observó la figura de la señora que tantas veces le acompañaba y le ayudaba a hilar. ¿Posiblemente cuando ya el Padre Pedro Bedón y Pineda habría pintado a la Virgen del Rosario de la Peña?

Tal vez fue la primera que vio con sorpresa lo que la Virgen le indicó. (Aquí).

En la Revista No. 6 de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo del Chimborazo, el Sr. Alfredo Costales Cevallos escribe un artículo que dice: “Síntesis Biográfica del Padre Pedro Mercado”, y en un acápite de esta Biografía dice: “Riobamba, desde los albores de su fundación, fue la cuna indiscutible del saber y de la virtud, ya en 1556 florecía Fray Pedro Bedón y Pineda, de la orden Dominicana, el mismo que fundó la Escuela Quiteña en el arte pictórico, que tanta fama y lustre dio a nuestra Patria. Cuadros pictóricos de gran valía como el de la Virgen de la Peña en Pungalá, la Virgen de la Escalera en el Convento de Quito y la Virgen de las Lajas en Ipiales – Colombia, nos habla con elocuencia de la capacidad y el arte del Padre Bedón y Pineda”. 

Fuente: Pasado y presente, Sr. Leonardo E. Velasco Montesdeoca

EL SANTUARIO DE LA SANTISIMA VIRGEN DE LA PEÑA

Según el Escritor Castillo Jácome, en su obra citada, reproduce unos apuntes del Dr. Enrique Flores sobre el Santuario de la parroquia de Pungalá. La Diócesis de Riobamba, se gloría también de poseer un Santuario célebre de la Santísima Virgen del Rosario de la Peña, desde antiguos tiempos ha sido frecuentado por peregrinos de toda la Provincia, Nación y del exterior, está situado a unos 21Kms., al sureste de la Ciudad de Riobamba en las inmediaciones del pueblo de Pungalá. La Imagen Venerada es una pintura al óleo de la Santísima Virgen del Rosario de la Peña, hecha en un peñón suspendido a las alturas de unos 200mts., sobre el río Chambo, afluente del Pastaza; y arreglada naturalmente por la mano de Dios, en tal disposición que presenta la forma de un gran sitial asentado sobre una eminencia compuesta por siete colosales piedras, puestas unas y sobre puestas otras, alguna de las cuales tiene hasta 20 (veinte) metros de longitud. La piedra que sirve de fondo al rústico sitial presenta hacia el sur un corte vertical, perfectamente recto, de dimensiones suficientes para contener la figura de la Virgen, puesta de pie, de tamaño natural y las de Santo Domingo y San Francisco colocado de rodillas a uno y otro lado de Nuestra Señora. Los dos lados del sitial son dos enormes moles de granito que sustentan una tercera cuya cara inferior plana y notablemente saliente hace las veces de visera; todo el conjunto recuerda el dolmen de la arqueología.

El paraje es de imponente belleza: es un pliegue de la cordillera oriental. El romero que, después de haber descendido trabajosamente la empinada rampa, llega a la estrecha plataforma que sirve como de subsuelo al célebre peñón, tiene sobre su cabeza la inmensa falda de la cordillera, que es al mismo tiempo su contrafuerte; delante de sus ojos la colina arrizada de rocas de las cuales cuelga como nido de águilas, la misteriosa gruta; a sus pies, la profunda hoya por la que corre en caudalosa corriente el Río Chambo, a sus dos lados, las dos hermosas campiñas donde se asientan las pintorescas poblaciones de Licto y Pungalá que se miran frente a frente, separadas por la gran cuenca del Chambo”.

Fuente: Pasado y presente, Sr. Leonardo E. Velasco Montesdeoca

BENDICIÓN DE LA PIEDRA


En Abril de 1905 se hizo la solemne bendición de la piedra conmemorativa de un nuevo edificio de elegante construcción y grandes proporciones, en aquellas épocas no existía vía carrosable para llegar a la población y se transitaba por el camino de herradura antiguo, el mismo que pasaba sobre el Santuario de la Santísima Virgen donde se encuentran tres piedras en dirección del Santuario en forma de altar al cual le llamaba la CORONA DE LA VIRGEN donde los transeúntes al paso depositaban, mechones de lana, telas, piedrecitas menudas, florecillas del campo, etc., estos lugares antes se denominaban APACHETAS.



Fuente: Pasado y presente, Sr. Leonardo E. Velasco Montesdeoca

ROMERIAS A LA SANTÍSIMA VIRGEN DEL ROSARIO DE LA PEÑA



La Parroquia de Pungalá celebra sus fiestas patronales el 07 de Octubre de cada año con ocasión de conmemorarse la fiesta de la Santísima Virgen del Rosario de la Peña, época en que concurren miles de peregrinos de diversos sectores de la Patria, así como turistas extranjeros.







Fuente: Pasado y presente, Sr. Leonardo E. Velasco Montesdeoca

MILAGROS


Entre los innumerables milagros y favores recibidos de la Santísima Virgen del Rosario de la Peña, podemos mencionar los siguientes:

A mediados del Siglo XX, en un barrio de la Ciudad de Guayaquil se produjo un pavoroso incendio donde tenía una casa un nativo de la población de Licto de apellido YACLOA quien al ver que su casa estaba en peligro de ser devorada por las llamas, pidió el auxilio de la Madre de Dios (Virgen de Peña) y tomando un cuadro que tenía de su devoción de esta imagen, puso en la pared de su casa de caña suplicando que le librará de este flagelo. Mientras las llamas están cerca de llegar a su casa el prodigio de la Santísima Virgen del Rosario de la Peña se hizo presente, quedando liberado del esta desgracia. Agradecido de este favor mandó hacer una campana de bronce para el Santuario, siendo una de las que sirven hasta la fecha para llamar a la oración.

El Sr. Ing. Juan Jaya Moreno, conducía un vehículo transportando a un amigo de apellido Coronel, con dirección a la Parroquia de Pungalá y en la curva del sector de Pantaño por una falla mecánica el vehículo se fue a la pendiente en el cual falleció su compañero y él al exclamar el nombre de la Santísima Virgen de la Peña, fue favorecido. Actualmente se encuentra empeñado en la reconstrucción y arreglo del Santuario, como un devoto ferviente y agradecido de la Madre de Dios.

Como estos, existen innumerables favores recibidos de la Santísima Virgen del Rosario de la Peña.

De todas partes de la provincia los romeriantes llegan a visitar a la Santísima Virgen, a dar gracias por los favores recibidos y a implorar y pedir sus gracias y bendiciones. Ella como madre acoge a sus hijos y estos llenos de confianza exclaman sus amores a la Bendita Madre.



Fuente: Pasado y presente, Sr. Leonardo E. Velasco Montesdeoca

PLEGARIAS A LA SANTÍSIMA VIRGEN DE LA PEÑA

Cabe presentar un poema de la “Alondra del Chimborazo” Luz Eliza Borja Martínez 1903 – 1927 en su visita a la Virgen de la Peña:

REINA DE PUNGALA
En una peña santa y bendita
está la Madre del Salvador,
túrgido el pecho, la frente airosa,
lanzan sus ojos rayos de amor.
Muchos devotos van a sus plantas,
donde colocan su ofrenda pura,
tal como cirios y muchas flores
que se distinguen por su blancura.
También yo un día tuve la dicha
de presentarle mi corazón,
y ante sus aras, con voz ferviente,
pedí llorando su bendición.
Virgen Santa de la Peña,
rendidas gracias te doy,
porque me habéis conservado
feliz hasta el día de hoy.
Madre cual ofrenda eterna
te entrego mi corazón:
cuídalo, Virgen Santísima 
con amor y compasión.



Composición del Lcdo. Saúl Gustavo Velasco Montesdeoca (+).


A la Virgen de la Peña de Pungalá

¡Salve! ¡OH MARIA!

¡Dios te salve!, ¡Madre mía!
Madre plena de bondad,
eres estrella de los cielos
de infinita claridad.
Eres roca de los mares
de incontenible dolor;
eres refugio y abrazo
de este pobre pecador.
Vengo a pedirte, ¡Oh María!,
de los astros soberana
que tu seas mi consuelo
y el sol de cada mañana.
No me dejes, ¡Madre mía!
deambular sin tu favor,
sé mi norte, se mi guía,
sé la fuente del amor.
Y cuando la muerte llegue
de mi pobre ser en pos,
cierra mis ojos dolientes
y llévame ante mi Dios.

  
Composición del Sr. Leonardo E. Velasco Montesdeoca, realizada en 1954.


“PLEGARIA A LA VIRGEN DEL ROSARIO DE LA PEÑA”

¡Oh Virgen del Rosario de la Peña,
que fijas tu mirada en el mortal,
escucha a tu devoto que aquí pena
sumido a los dolores de mi mal …….
Vengo aquí a tus plantas suplicante,
con mi pecho entristecido de dolor
¡Madre, mi espíritu está errante
cruzando por el mundo con temor.
Tu que sabes mis males, Madre mía,
de este enfermo y débil corazón,
cura las llagas y mis penas esté día
te lo pido contrito, lleno de aflicción.
¡Madre!, mira también nuestros hogares
de los que te pedimos compasión,
ahuyéntanos del camino de zarzales,
dadnos valor, fuerza y resignación.
Tú para fortaleza de los hombres,
nos das por arma; tu santísimo rosario,
dile a tu hijo, se apiade de los hombre,
que fuimos causa de su muerte en el calvario.
Vengo yo peregrino a tu santuario
a cogerme de tu manto Madre mía,
cual golondrina que vuela al campanario
para vivir con tu recuerdo Virgen mía.
Y en la postrera hora conservemos
tu recuerdo para siempre en la memoria
todos, esta plegaria cantaremos
y gozaremos juntos en tu gloria.

Los favores y milagros se multiplican diariamente para todos los que en ella confían y nos enseña a seguir a su hijo el divino Jesús nacido de sus purísimas entrañas, Jesús materia y figura humana, hijo de Dios Espíritu, dos naturalezas en un solo ser.